Como dos planetas errantes
nuestro destino parece escrito.
Nuestro rumbos destinados
a nunca encontrarse.
Reflejado en tus ojos azules,
yace todo aquello
que pudimos ser
y jamás fuimos,
que podríamos ser
y nunca seremos.
Tu pelo rubio no hará
cosquillas en mi piel,
posarse mis labios en la tuya
nunca sucedió.
Quizás sea para bien,
quizás sea para mal,
jamás lo sabremos.
Pero no podemos evitar
pensar en todo aquello
que nunca tuvimos ni tendremos.