23 de diciembre de 2010

Tiempo para Echarte de Menos

Hay algunas veces
en las que es difícil expresarse,
algunas cosas que
no son fáciles de decir,
y esta es una de ellas.

Cuando te tengo cerca,
siento que soy mejor persona,
que nada hay que no pueda hacer;
y aún así,
esto te debo decir.

Siento que me falta
tiempo para echarte de menos.

Incluso el más dulce néctar
se puede volver empalagoso
si no se paladea,
sin ese anhelo por sentir su sabor.
Y, para mí, este amor
es como ambrosía de los dioses.

No malinterpretes mis palabras,
que no te lleguen a confundir.
No quiero que deje de existir
un nosotros.
Pero para que haya un nosotros,
tiene que seguir habiendo un tú y un yo.

Quiero tener
tiempo para echarte de menos.

Sentarme solo en una montaña,
notar tu ausencia a mi lado,
llamarte y quedarnos hablando,
reconfortados en la voz del otro,
deseoso de vernos al día siguiente.

Llegada la noche,
tumbarme en la cama,
cerrar los ojos
y sentir el fantasma
de tus caricias, de tu piel,
de tu pelo haciéndome cosquillas en la cara,
inspirar hondamente en mi almohada
el leve rastro de tu olor.

Sólo deseo un poco de
tiempo para echarte de menos,
y así amarte con más fuerza.

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