11 de julio de 2009

El Pingüino que Soñaba con Volar

Hubo una vez un huevo de pingüino que se perdió y fue a parar donde vivía una colonia de gaviotas. Los detalles de esta cuestión, pese a que realmente son muy interesantes, no tiene nada que ver con la historia que ahora nos ocupa.

El caso es que las gaviotas adoptaron al huevo como si fuera propio y cuando éste eclosionó, aceptaron a la cría que de él salió como si fuera una más de la bandada.

A diferencia de los seres humanos, los animales no se dedican a categorizar extensivamente el mundo. Para ellos sólo hay tres tipos de animales: los que te pueden comer, los que pueden ser tu comida y todos los demás. Y así, el pingüino creció dentro del grupo de gaviotas, como uno más, sin diferencia de tratos.

Desde pequeño, siempre le fascinaba enormemente ver como las gaviotas adultas alzaban el vuelo y recorrían el cielo azul. Por las noches, siempre soñaba con el momento en el que, siendo mayor, él podría alzar también el vuelo y, como decían los adultos, sentir la caricia del aire sobre su piel.

Pasaron los meses y sus amigos de la infancia, empezaron a levantar el vuelo. Pero el pingüino, no pudo. Lo intentó, lo intentó continuamente. Al principio, no había día que no intentase levantar el vuelo. Y pensando que quizás se debiera a la altura empezó a subir precipicios desde donde se lanzaba. Pero tampoco funcionó.

Pero el pingüino no se desanimaba. En cuanto sus heridas se curaban, él volvía a intentarlo. Quizás no era el sitio adecuado, o el viento, o no estaba haciendo lo correcto.

Más los resultados eran siempre los mismos. Una vez tras otra, el pingüino siguió cayendo.

Pero a su alrededor, las gaviotas seguían volando y le explicaban la maravillosa sensación que era. Y el pingüino no lo entendía. A su alrededor todo el mundo estaba volando, entonces, ¿qué le ocurría a él? ¿Por qué no podía?

Desconocedor de lo que conllevaba su verdadera naturaleza, el pingüino se pasó el resto de su vida intentando volar, aunque incapaz de reconciliarse con su propio ser, no fue una vida muy larga.

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