A veces, la vida
nos toma por sorpresa.
Sin que importen
nuestros planes o
nuestras intenciones,
cambia las cosas.
Parece que hace trampa,
que cambia las reglas
a mitad de la partida
o que mueve las fichas
cambiando el tablero.
Quizás sea lo que hace.
Hay que saber adaptarse,
evitar obsesionarse
con alcanzar algo
o a alguien en concreto.
Mantener la mente abierta
y el corazón aventurero.
Hay un refrán que dice:
“No dejes que las lágrimas
porque el sol se ha puesto
te impidan ver las estrellas”.
Y muchas de esas estrellas
son más brillantes que el sol.
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