24 de febrero de 2011

La Historia del Zarévich Viktor (V)

Cuando llegaron al reino del zar Afrón, la Loba Plateada se revolcó en el suelo y se quedó transformada en la joven Elena la Bella; y mientras que Viktor se presentaba ante el zar con la fingida infanta, la verdadera se quedó en el bosque esperándolo.

Se alegró grandemente el zar Afrón al verlos llegar, e inmediatamente le dio el caballo prometido, despidiéndolo con mucha cortesía.

Viktor montó sobre el caballo, tras quitarle la brida que lo aprisionaba, llevando consigo a Elena y se dirigieron hacia el reino del zar Dolmat para conseguir la Pájaro de Fuego con el que salvar a su padre.

Mientras tanto, la Loba Plateada seguía viviendo en el palacio del zar Afrón. Pasó un día, y luego otro, y un tercero, hasta que al cuarto le pidió al zar permiso para dar un paseo por el campo. Consintió el zar y salió la supuesta Elena acompañada de damas y doncellas; pero de pronto desapareció sin que las que la acompañaban pudieran decir al zar otra cosa sino que se había transformado en una enorme loba grisácea.

Viktor seguí su camino, cuando sintió una punzada en el corazón.

- ¿Dónde estará ahora mi salvadora, la Loba Plateada?

Y, en el mismo instante, se le presento ésta delante.

- Aquí me tienes. Siéntate, zarévich Viktor, si quieres, en mi lomo.

Pusiéronse los cuatro en marcha y, por fin, llegaron al reino del dolmat. Cerca ya del palacio, habló Viktor.

- Amiga mía, óyeme y hazme, si puedes, un último favor. Quisiera que el zar Dolmat me entregase el Pájaro de Fuego sin tener necesidad de desprenderme del Caballo de las Crines de Oro. Ahora que ha sentido lo que es la libertad, no soporto la idea de que lo vuelvan a encerrar.

Tras mirarlo a los ojos un segundo, la Loba se transformó en caballo.

- Llévame ante el zar Dolmat y recibirás el Pájaro de Fuego.

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